pepas con recomendación médica divina

Thursday, March 30, 2006

Future has been here sir, but dont worry, it comes often

Si pudieras cambiar el pasado, no tendrías el presente. Tú no.

En el presente este eres tú,

con tu pasado albergado desde la punta del pelo hasta el último centímetro de tu cintura.

Donde sea. Ahora aquel eres tú.

Por tanto cambiar el pasado es cambiar tu presente.

Es cambiarte. Dejar de ser tú.

Eso es olvidar esas incorrectas decisiones, y seguramente cometerlas luego,

en el futuro que aun puedes cambiar.


Ahora

Hasta el último día que dejes de estar por aquí

O el día que cambies tu pasado...

lo que suceda antes.

Monday, March 13, 2006

Terciopelo

Avanza paso a paso dirigiendo la vista hacia su cama de tules rosados y turquesas, colgantes en una caoba, como cansados de por vida, rozando las sábanas blancas. Estas, cual espuma de mar, tendidas, calladas, sienten los pasos lentos y desnudos que avanzan en la alfombra. De tela india, cosida con cáscaras de nueces, aromatiza la melodía de las pisadas. Llega este ritmo hasta los oídos de la persona amada que yace en la cama. Los cuadros plasmados de color colgados por decenas en las paredes se tornan opacos ante los brillantes iris verdes y castaños, haciendo entre ellos contacto, extrañándose en los parpadeos, pero alegrándose al volverlos a abrir. Y así se acerca la caminante a la cama, con la calma del amar eterno, con el apuro de convertirlo en momento. Avanza. Está totalmente limpia, con el cabello suelto, y, puesto en su melódico cuerpo, un vestido rojo agonía, que le cae como agua de manantial bajo los hombros hasta los tobillos. Tobillos firmes ante las piedras de su camino, la planta de los pies callosas de las largas carreras por su felicidad sobre terrenos ásperos, irregulares, desierto y salvaje cual selva, las rodillas con cicatrices huecas y moradas por las caídas y recaídas, y por último el corazón en carne viva por la ruta astillada que ha mantenido y la que sigue tratando de sacar, despacio, mirando por ratos a la amada de la cama. Deja a todo su cuerpo empaparse del aire que circula el cuarto amarillo atardecer. El mismo que se abraza con el cielo afuera. Un aire con aroma a rosas libres y unos suaves perfumes de plantas tímidas susurra a los olfatos. La timidez se siente también en la piel. En los labios. En la entrepierna. En el alma. En los sentimientos. En los movimientos. Pero la noche no tarda en llegar y los pasos ven más cerca el destino. En el final de este, se recuesta con su amante. Disfruta cada momento, como único que es. Suspiran cada segundo y escuchan los ecos del corazón a través de todo su cuerpo. Los siguen y sonríen con y todo y los labios. Se contemplan. No dan cabida a su memoria que a veces le insiste a los ojos llorar; llorar lágrimas amargas, con sabor a desamor, óxido, furia, sed, ansias, tormentos, distancias, gritos, muertes de todo tipo. Por eso olvidan que tienen memoria y después de unos breves instantes de miradas, ambas se recuestan totalmente. Los dos pares de piernas buscan un espacio estrecho para ellas. La que estuvo esperando en la cama, había en realidad esperado todo el día ese momento. Y ahora que lo vivía, sus 5 sentidos se alteraban. Cambiaban funciones entre sí. Era una locura de pasión. Amaba la piel de su amada. Tan perfecta para ella y conforme pasaba sus dedos contorneando la figura, iba recorriendo paisajes alguna vez soñados. En esa piel encontraba un hogar. Lo encontraba en realidad varios días a la semana y lo retenía con pasión, derritiéndole la piel para fundirla en cariño. Y cuando cierra los ojos, puede ya sentirse como en la cama de su inexistente hogar, el que nunca fue y quiso ser, el que no se amobló, pero que ahora encontraba su mejor decoración. Donde podía dormir segura, sin pesadillas, donde los dulces sueños eran con los ojos abiertos, donde el hada madrina era su amante. No se iba. Se entregaba feliz.
El sol que cae a tras de las ventanas había sido testigo de todo ello. Cayendo se despedía.

Wednesday, March 08, 2006

Actividades ProFondos

publicar miles de libros, deshojar al sol, prohibido mirar la luna.

escuchar la radio, averiguar a que círculo pertenece esta nota... y cerrarlo.

comprar chocolates, regalarlos a mis ansias, ensuciarme con ellos y bañarme luego.

entender que nunca hubo pre. que todo es sub. que se convierte en pro